Con la vista puesta en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, son muchas las preguntas que surgen acerca de quiénes serán los próximos representantes autonómicos y locales de Extremadura. De entre todos los electores que acudirán en la región a las urnas, alrededor de unas 3.000 personas lo harán teniendo algún tipo de discapacidad.
Esto, pone el foco en un tema acerca del que algunos ciudadanos no se han percatado a lo largo de todos sus años votando, pero del que es necesario hablar: la accesibilidad en los colegios electorales para colectivos que integran a personas con diversidad funcional.
En el año 2019, Extremadura se convertía en la primera comunidad autónoma del país donde todos los colegios electorales de la región eran accesibles para gente con discapacidad intelectual. En todos esos espacios, se contó con señales adaptadas que contaban con información sencilla para facilitarles el proceso de voto.
La organización Plena Inclusión Extremadura señaló que esta medida suponía un logro que hasta hacía relativamente poco tiempo era impensable, coincidiendo ese mismo año con el primer aniversario de la recuperación del voto de unas 100.000 personas incapacitadas judicialmente, en su amplia mayoría ciudadanos con discapacidad intelectual.
Se imprimieron unos 17.000 carteles de señalización adaptada, los cuales constaban de 16 imágenes con las que se identificaba el colegio electoral en el exterior y que orientaban a los votantes hacia el acceso. Tras estos, los siguientes en el interior les dirigían hacia la cabina electoral y la mesa de votaciones.
A parte, ese mismo año, algunas personas con discapacidad intelectual fueron designadas para formar parte de las mesas electorales como, por ejemplo, Inés María Suárez Ruiz de Argandoña, una joven de la localidad pacense de Valdivia que ejerció como vocal de mesa en ese mismo municipio.
En 2023, parece ser que se repetirá la misma fórmula ya empleada en las elecciones de 2019, donde se planea que todos los colegios electorales vuelvan a ser accesibles cognitivamente.
La delegación del gobierno de Extremadura y Plena Inclusión Extremadura han colaborado en la elaboración de una nueva cartelería para distribuir a todos los colegios electorales de la región, aumentando el número de estos con respecto a las elecciones de 2019. En total, se han creado más de 30.000 carteles de fácil comprensión.
Esta señalética especial se espera que ayude a personas con discapacidad intelectual, mayores, gente con dificultades de lectoescritura o ciudadanos que voten por primera vez, entre otros.
Además, son carteles cuya impresión ha sido asumida por los servicios de imprenta de la diputación provincial de Badajoz, que los ha realizado en cartulina gráfica con el objetivo de mejorar la visibilidad de estos, su duración y, también, su reutilización en posteriores jornadas electorales.
El presidente de Plena Inclusión Extremadura, Pedro Calderón, valora la accesibilidad en los colegios electorales como un proceso de conquista de derechos, como consecuencia de la recuperación del derecho a votar de todas las personas con discapacidad intelectual, a las cuales había que permitir de forma efectiva su participación política para ejercer su derecho al voto con más sencillez, naturalidad y una mejor accesibilidad.
Asimismo, el coordinador de la oficina de accesibilidad cognitiva, José María Tejeda, explica que se ha modificado, actualizado y mejorado toda la cartelería disponible, con su posterior validación por personas con discapacidad cognitiva.
Foto: Cedida
No obstante, a la hora de saber si todas estas medidas funcionan realmente, es mejor detenerse a preguntar a los propios votantes que tienen alguna diversidad funcional.
Daniel Morales es un joven de Badajoz que tiene síndrome de Asperger, una discapacidad cognitiva que afecta especialmente a la comunicación e interacción social de la persona. A la hora de ejercer su derecho al voto en las pasadas elecciones del año 2019, él mismo declara que pudo votar de forma normal y sin complicaciones, explicándole su padre como tenía que proceder. Sí es cierto, que el propio chico afirma que si en su colegio electoral había alguna zona adaptada o cartelería especial para personas con diferentes tipos de discapacidad, él no se percató.
Por otra parte, Javier Mendoza es un joven de Montijo con síndrome de Asperger también y, al igual que Daniel, no experimentó ningún problema al votar ya que matiza que su discapacidad no es física ni intelectual. Es más, él mismo define su primera vez votando como una experiencia muy positiva ya que con ello demostraba que las personas con discapacidad tenían voz y voto.
Y, es que, el hecho de que las personas con diversidad funcional puedan ejercer su derecho al voto después de haber permanecido durante años incapacitados por la justicia, supone una conquista de derechos que en la actualidad ciertos colectivos parecen seguir sin entender. De hecho, cierta parte de la población sostiene que los ciudadanos con una discapacidad intelectual o cognitiva no deberían poder votar ya que no están preparados mentalmente para tomar una decisión ‘coherente’ o ‘útil’.
Ante esta situación, Daniel Morales explica que continuamente va a haber gente que no entienda los derechos fundamentales de todos las personas simplemente porque alguien tenga un ‘problema’ y, por ello, ya se asume colectivamente que no puede hacer algo tan simple como salir de fiesta o votar, usándose siempre la premisa de que ‘no se va a enterar de nada’.
Defiende el joven, a su vez, que todas las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que cualquiera y que este tema se resolvería educando a la gente e invitándoles a ser más compresivos y dejando de discriminar.
Además, puntualiza Javier Mendoza, que no dejar votar a las personas con una discapacidad intelectual o cognitiva sería un retroceso importante en materia de derechos, por lo que hay que seguir potenciando la inclusión en este sentido y comenzar a eliminar la sílaba ‘dis’ de la palabra discapacidad, puesto que las capacidades existen y a estos ciudadanos se les deben dar las mismas oportunidades que al resto.
No obstante, el 28 de mayo no son solo las personas con discapacidad cognitiva quienes acudirán a las urnas a ejercer su derecho al voto, sino también cerca de miles de habitantes con algún tipo de discapacidad sensorial.
Como en procesos electorales anteriores, la Fundación ONCE en Extremadura ha facilitado a las personas ciegas o con discapacidad visual (inscritas en el censo electoral), un kit de votación accesible que contiene papeletas y sobres electorales estándar (acompañados de documentación complementaria) en braille.
Para solicitar este voto accesible, la persona demandante debe manifestar que sabe leer en braille; que tiene reconocido un grado de discapacidad superior o igual al 33%, o que simplemente está afiliado a la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Asimismo, la Administración puede requerir la verificación de estos datos en cualquier momento.
El mismo día de las elecciones, este kit será entregado a cada solicitante en la mesa electoral en la que le corresponda votar. De igual forma, la entidad recomienda que la persona se lleve consigo el kit de votación, junto con todo el material sobrante después de votar, a fin de asegurar el secreto del voto.
A parte, desde la Fundación ONCE se recuerda que la utilización de este procedimiento es completamente voluntaria, por lo que los electores ciegos o con discapacidad visual pueden seguir siendo asistidos por una persona de su confianza el día de las elecciones si así lo desean.
Foto: Cedida
Entre algunos de estos votantes, se encuentra la joven cacereña Medea Fresneda la cual padece una discapacidad visual en estado de ceguera legal debido a una retinosis pigmentaria. En las anteriores elecciones, su familia tuvo que ayudarla a acceder a su colegio electoral puesto que este se encontraba en obras y no había ninguna parte adapta ni para ella, ni para personas con movilidad reducida. En cuanto al momento del voto, explica que los representantes electorales de los partidos que allí se encontraban se acercaron para asegurarse que el proceso de introducción de este y el marcaje transcurría de forma correcta.
Este año, votará con ayuda de su familia aunque la ONCE ya se ha puesto en contacto con ella por si necesitara del kit de voto accesible o cualquier otro recurso.
Además, Medea entiende que el día de las elecciones es un momento de orgullo en el que se debe celebrar que todos los ciudadanos, y en especial aquellos con discapacidad, pueden votar y ser escuchados de alguna forma. A pesar de esto, ella tuvo que hacer frente a comentarios despectivos en 2019 acerca de su discapacidad visual, alegando los propios vocales de la mesa electoral que los padres de ella le habrían preparado la papeleta sin que la joven se diera cuenta. A su vez, estos pusieron en duda la propia validez de su voto cuestionando si este sería ‘útil’ ya que ella ‘no sabía ni a quién estaba votando’.
No obstante, y según defiende ella, considera que todas las personas que tengan acceso y capacidad como para entender y comprender los programas electorales de los partidos deben votar. Si una persona ya sea por autismo, síndrome de Down y/o la edad u otras condiciones, no son capaces de tener acceso, entender o comprender los programas o los sistemas de voto, pues habría que buscar una forma de hacerlo asequible para todos estos, ya que para Medea todo el mundo tiene que poder votar.
La discapacidad ya no debe ser un motivo de exclusión social a la hora de cuestionar si una persona puede ejercer su derecho al voto o no. Son muchas las iniciativas que se están poniendo en práctica para poder fomentar la inclusividad de todos los colectivos el día de las elecciones. Es más, a parte del kit accesible elaborado por Fundación ONCE y la señalética de fácil compresión, el Ministerio del Interior ha puesto a disposición de los miembros de las mesas electorales, que así lo requieran, un manual adaptado en versión lectura fácil, el cual se constituye como una iniciativa más para avanzar hacia la plena accesibilidad de todos los ciudadanos, y que ha sido confeccionado en colaboración con el Centro Español de Accesibilidad Cognitiva (CEACOG).
Este manual es un documento que deben leer todas las personas designadas para formar parte de las mesas electorales y, que gracias a esta versión en lectura fácil, las personas con dificultades de comprensión, con discapacidad intelectual o del desarrollo, autismo, Síndrome de Down o los votantes mayores con algún deterioro cognitivo, podrán acceder a toda la información de una manera más sencilla.
A parte de este documento, existen ya partidos políticos que incluso han adaptado sus programas electorales a un formato de lectura fácil como, por ejemplo, el PSOE. Y, es que, como defiende Javier Mendoza, las autoridades tienen un papel imprescindible: facilitar que las personas con discapacidad estén realmente integradas. Aunque, él manifiesta que son las propias familias de los ciudadanos con diversidad funcional los que les han dado un toque de atención a los políticos para que aboguen por la inclusión.
De esta forma, considera que todas las políticas inclusivas que han surgido en los últimos años se deben a que las familias de todas estas personas se han movilizado consiguiendo que cada día haya más políticas inclusivas, aunque aún quede mucho camino por hacer.
Sin embargo, no debería ser solo competencia de las familias defender los derechos de las personas con discapacidad. Ahora que se avecinan cambios en las instituciones de cara a las elecciones, Daniel Morales manifiesta que estaría bien que todos los partidos políticos integrasen en sus programas electorales, medidas sociales que acaben con la discriminación que sufren los ciudadanos con diversidad funcional para favorecer su correcta adaptación en la sociedad.
No obstante, el joven declara que todos deberíamos educarnos como sociedad más allá de los partidos (lo cual es difícil), aunque que estos abogaran por la inclusividad estaría bien. Sin embargo, la igualdad de derechos es algo que primero deben entender todos los ciudadanos como sociedad.
Mientras tanto, Medea Fresneda opina que tras pasar por la situación sanitaria que se ha vivido estos últimos años, donde han quedado más que evidentes las desigualdades que sufren las personas con discapacidad y/o movilidad reducida, todos y cada uno de los partidos deben plantearse elaborar medidas para ayudar a estos colectivos y, por supuesto, crear y promover campañas para su accesibilidad en el ámbito estudiantil, laboral, y aún más importante, en el día a día.
Aunque, si nos detenemos a observar el panorama político regional, observaremos que incluso dentro ya de las instituciones públicas hay representantes políticos con discapacidad que luchan por la normalización de la diversidad funcional dentro de estas.
Es el caso, por ejemplo, de la consejera de agricultura, desarrollo rural, población y territorio de la Junta de Extremadura, Begoña García Bernal, la cual tiene un coloboma de iris que afecta en su ojo derecho a la retina y el iris y, en el izquierdo solo a la retina. Esto hace que tenga tan solo un 25% de visión siendo esta afección de nacimiento y, por tanto, genética.
La misma, lleva siendo consejera desde septiembre de 2015, y defiende que tener esta discapacidad no le ha afectado a la hora de poder ejercer y desarrollar su trabajo con completa normalidad aunque, sí es cierto que debe usar pantallas de ordenador más grandes o sus textos deben ser impresos a un tamaño mayor para poder leerlos correctamente, pero esto no impide que ella pueda llevar a cabo sus funciones como el resto de sus compañeros.
Begoña García manifiesta que siempre ha visibilizado su discapacidad y que no quiere esconderla. Ella misma expresa que con ello consigue mostrarle al resto de personas con diversidad funcional, que pueden llegar a ostentar cargos públicos como el que ella ejerce ya que ser un ciudadano con discapacidad no te convierte en una persona menos válida que otra.
Además, es un ferviente defensora de que las personas con cualquier tipo de discapacidad puedan votar, ya que esto es un derecho fundamental que no debe ser cuestionado por ningún organismo ni por nadie.
Es más, la consejera señala que ya se están empezando a tomar medidas que garanticen la plena accesibilidad de todos los colectivos con discapacidad en la sociedad. Una de ellas, por ejemplo, es la adaptación de alguna de las leyes vigentes a un formato de lectura fácil, como es el caso de la ‘Ley de Cooperativas’.
De esta forma, se puede decir que Extremadura está avanzando progresivamente hacia una mayor inclusión que no solo abarca la accesibilidad en los colegios electorales, sino que los partidos políticos cada vez son más conscientes de todos los colectivos que forman nuestra sociedad y, progresivamente, van integrando diferentes medidas que consiguen una mayor igualdad para que todas las personas, tengan la discapacidad que sea, sean tratadas con el mismo respeto que cualquier otro ciudadano, ya que todos formamos parte del mismo entramado social.