SociedadLongevidad. Amenaza o reto
Foto: Pixabay. Beauty of nature

La comunidad autónoma de Extremadura, como el resto del país, sufre un envejecimiento demográfico debido al medio ambiente y el estilo de vida, influenciado por la genética y la salud, entre otros factores.

En la comunidad residen 230.267 habitantes mayores de 65 años, el 21,84% de la población. En 2037 se estima que se llegará a 310.463 habitantes, el 30,97% de la población, según datos del Instituto de Estadísticas de Extremadura de 2023, datos a los que acompaña el incremento de los 58.675 personas que han solicitado la valoración del grado de la dependencia en junio de 2024.

Muchos ven una amenaza, un tsunami del envejecimiento y escriben que “no es país para viejos” a causa del rol social del cuidador, el aumento de la esperanza de vida asociada a patologías y dependencia, hogares unipersonales a causa de fallecimientos conyugales, y menor cantidad de hijos.

Personalmente señalo que la longevidad, y todo lo que conlleva, se nos presenta como un reto al que se ha de comprometer una inversión económica de políticos que crean en el sector y que sus actuaciones no dependan de la sensibilidad personal; medidas políticas que se adapten a las nuevas realidades y que suministren pinceladas de imaginación.

El envejecimiento realmente es un desafío que nos ha de llevar a la necesidad de cambios en la atención, así como a poner en valor la dependencia, aquel reto que surgió para atender a aquellas personas en situación de vulnerabilidad que nació frágil y enfermiza.

Debemos comprometernos a garantizar una calidad de vida a esta longevidad, con herramientas que acompañen a las diferentes etapas de vida con dignidad y, ante todo, respetando el derecho a decidir cómo envejecer; con espacios seguros y accesibles; implicando a toda la comunidad; adaptando las nuevas tecnologías, no como sustitución de la figura personal y sí como complemento; huyendo del paternalismo y del asistencialismo y yendo hacia un modelo preventivo y que fomente la autonomía, con modelos de cuidados vivibles y viables, donde la persona mayor o dependiente sea agente activo en sus cuidados y forme parte de la sociedad.

Es necesario ofrecer una imagen adaptada, que rompa estereotipos, prejuicios y la discriminación contra las personas por su edad, cuidar al que cuida y dar valor a los profesionales.

“Una sociedad que no cuida a sus mayores está destinada al fracaso”

Jerusalen Torra
Gerente de la residencia mixta ‘El Colono’ de Zurbarán