El presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, y la presidenta ejecutiva de la Fundación Francisco Luzón, María José Arregui, han firmado la renovación de la colaboración entre ambas entidades para apoyar económicamente proyectos de investigación que contribuyan a saber más sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), para mejorar el diagnóstico temprano desarrollando nuevos tratamientos para prevenir o, al menos, ralentizar, el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Durante los próximos cinco años, ambas fundaciones apoyarán cinco proyectos de investigación sobre la ELA, que recibirán entre 500.000 y un millón de euros cada uno. La Fundación La Caixa, aportará el 75% del importe a través de la convocatoria ‘CaixaResearch’ de investigación en salud, y la Fundación Francisco Luzón, el 25% restante mediante el programa ‘Talento ELA’. Se impulsará un proyecto por año, seleccionado por un comité científico independiente.
Ambas instituciones firmaron en 2017 un primer acuerdo de cinco años de duración, que desembocó en la creación de la primera convocatoria específicamente centrada en la ELA en España. Desde entonces se han destinado cerca de 2,5 millones de euros a cinco proyectos de investigación sobre esta enfermedad, liderados por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad CEU San Pablo, la Fundación Miguel Servet-Navarrabiomed, el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del CSIC y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
Hasta el momento, esta colaboración ha permitido apoyar cinco proyectos de investigación sobre la ELA desde perspectivas muy distintas. El primero en finalizar está desarrollando un tratamiento contra la neuroinflamación basado en la administración oral de un lípido derivado de los ácidos grasos omega-3. En otro se analiza el potencial de la hormona que regula el apetito para tratar a los pacientes de ELA; un tercero trabaja para desarrollar un test de detección no invasivo de la enfermedad; uno más está desarrollando un compuesto que evita la muerte de las neuronas motoras, y en el último se explora el papel del estrés nucleolar en la ELA para identificar nuevas dianas terapéuticas que permitan tratar la enfermedad.