Contar con una plantilla diversa e inclusiva en las empresas y organizaciones tiene importantes beneficios en los planos económico y reputacional, pero también en ámbitos relacionados con el compromiso de los trabajadores, según las conclusiones de varios estudios elaborados por la Fundación Randstad.
Por una parte, según el informe ‘Políticas y prácticas en diversidad e inclusión’, elaborado en colaboración con el Instituto de Innovación Social de Esade, el 77% de los trabajadores consideran que los valores y el propósito de la empresa son factores de gran importancia al decantarse por ella. De hecho, para el 44% de los empleados la diversidad y la equidad son dos de los principales valores, ya que aseguran que no formarían parte de una empresa que no demostrara hacer un esfuerzo proactivo por mejorar sus prácticas en estos términos.
Además, contar con una plantilla formada por trabajadores comprometidos con la empresa y su misión es clave para obtener buenos resultados, y la inclusión ha demostrado ser una buena herramienta para lograrlo. De hecho, impulsar la diversidad y abordarla de forma integral hace que los trabajadores estén más motivados, que aumente su compromiso y fidelización con la empresa, y que disminuya la rotación de personal.
Así, como se desprende del informe ‘Motivaciones y expectativas sobre el mercado laboral de las personas con discapacidad’, los empleados con discapacidad expresan una satisfacción considerable en aspectos como el ambiente laboral inclusivo (49%), la accesibilidad en el lugar de trabajo (46%), el compromiso empresarial con la inclusión y la diversidad (44%) y la facilidad para la conciliación entre la vida laboral y personal (41%).
Por otro lado, tal y como también se desprende del informe ‘Políticas y prácticas en diversidad e inclusión’, la gestión inclusiva de la discapacidad repercute positivamente en los resultados económicos de las entidades, y se considera que este estilo de liderazgo atrae inversores mediante políticas sociales, diversifica las competencias, mejora la productividad, potencia la cultura de la colaboración y mejora la reputación corporativa.
También existen numerosos estudios que respaldan que contar con una plantilla diversa que incluya, entre otros, a personas con discapacidad, tiene efectos positivos en el nivel de vanguardia de la empresa o entidad. Así, en opinión de Josh Bersin y Mckinsey, las organizaciones inclusivas tienen 1,7 veces más probabilidades de ser innovadoras y están un 1,8 veces más preparadas para los cambios.
Finalmente, la legislación contempla beneficios fiscales para las empresas que contraten a personas con discapacidad superior o igual al 33%, por ejemplo con subvenciones de 3.907 euros por cada contrato indefinido suscrito; además, existe una bonificación en la cuota que las empresas abonan a la Seguridad Social, cuyo valor dependerá de factores como la edad o el grado de discapacidad, con un importe máximo deducible de 12.000 euros; también se contemplan subvenciones de más de 900 euros para la eliminación de barreras arquitectónicas o la adaptación del puesto de trabajo, así como deducciones de una parte de la cuota del Impuesto de Sociedades.