SociedadEstupidez, crueldad, ¿O una mezcla de todo?
Imagen: RTVE

He dudado si recurrir a la inteligencia artificial para escribir este texto, porque mi inteligencia ‘natural’ no alcanza a entender qué lleva a cuatro o cinco adolescentes, supongamos que ‘normales’, a atacar de forma violenta a un compañero con graves afectaciones motoras. Lo de grabar el ataque con un teléfono móvil y difundirlo en redes sociales (recordemos: WhatsApp es también una red social) es el summum de la estupidez, de creerse impunes, cuando lo que son es solo cretinos. Espero y deseo que cuando dentro de unos años vean esas imágenes sientan la misma y profunda vergüenza que yo siento ahora.

Hay que tener un importante descosido moral para atacar a una persona especialmente vulnerable. El ataque denota una profunda falta de valores humanos. Desgraciadamente, en los últimos tiempos asistimos al renacimiento social del pensamiento que cosifica a las personas, que las despoja del valor humano. Y si algo o alguien legitima la cosificación, por ejemplo, de las personas inmigrantes, nada impide que lo haga con las personas ‘no normales’. Despojándolas de su valor humano, algunos entienden que pueden hacer con ellas lo que quieran. Es una ‘lógica’ cargada de estupidez y carente de valores humanos, y que lleva al abuso y a la violencia contra personas indefensas.

En esta ocasión hemos podido ver las brutales imágenes, y habrá consecuencias. ¿Pero cuántos casos ocurren a diario que no conocemos, porque no se denuncian? El acoso escolar es una realidad lacerante, y los niños con discapacidad son víctimas propiciatorias. Todo lo que empieza por una maldita ‘broma’ acaba en la tragedia cotidiana de las víctimas y de sus familias, muchas veces inermes para cortar las agresiones y burlas.

Solucionar de una vez este problema requiere de un esfuerzo de todos. La sociedad debe tener medios para defender a los más débiles y para educar en valores. Una educación ética es hoy más importante que nunca. Y tiene que nacer de todos, desde las familias hasta la escuela, pasando por los medios de comunicación. Siento parecer dura, pero muchas veces estas situaciones se originan porque no se hace el esfuerzo educativo suficiente desde las familias, desde la escuela y desde la sociedad. No me vale con decir que la familia tiene que educar, porque, ¿Y si no lo hace? Hemos de educar y proteger todos, defendiendo que todo ser humano tiene el mismo valor y derecho a la integridad en todo momento.

Una herramienta válida para esta educación en valores tan necesaria es la visibilidad de las personas con discapacidad a todos los niveles. Vivir dignamente es un derecho de todos y nadie está por encima de nadie.
Ah, y si estos ‘muchachos’ algún día llegasen a leerme, quiero que piensen y tengan bien claro que todos los que hoy no tienen discapacidad pueden tenerla en un futuro. ¿A que les gustaría un buen trato, llegado el caso? Pues eso, a trabajar todos.

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