AsociacionesManos Unidas pone en valor la dedicación desinteresada hacia los demás con motivo del Día Internacional de los Voluntarios
Foto: Irene Hernández San Juan

En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, que se conmemora cada 5 de diciembre, Manos Unidas reconoce el valor de las más de 6.500 personas, que suponen el 97% de su personal, que, con generosidad y dedicación, forman parte de su red solidaria en toda España.

Desde hace 65 años, el voluntariado ha sido una parte fundamental de la entidad, tal y como recuerda su presidenta, Cecilia Pilar: “Sin la colaboración y trabajo incansable de todos los voluntarios que, de manera altruista aportan su tiempo, trabajo y conocimiento a la causa de Manos Unidas, no sería posible nuestra labor de lucha contra el hambre, la pobreza y las desigualdades en el mundo”.

Para Cecilia Pilar, la historia del voluntariado de Manos Unidas “es un relato que refleja compromiso y esperanza”. “Lo que comenzó como una pequeña red de mujeres decididas a marcar la diferencia, ha crecido hasta convertirse en una organización que cuenta con 72 delegaciones en toda España y cuyo trabajo sirve para cambiar la vida de 1,2 millones de personas en América, África y Asia”, añade.

El voluntariado en Manos Unidas es un acto de generosidad y compromiso, a la vez que una tradición que sigue creciendo, inspirando y cambiando vidas tanto en el norte como en el Sur. Un ejemplo es Olivia Herbosch, voluntaria desde 2009 en el área de proyectos en Servicios Centrales. “Mi situación personal me obligó a dejar mi trabajo como ejecutiva en una firma de lujo con sede en España, pero mi carácter inquieto me pedía hacer algo más. Manos Unidas me recibió con las puertas abiertas”, explica.

“En mi primer viaje ya pude comprobar el impacto de nuestro trabajo en ayuda al desarrollo, y me quedé enganchada. He estado más de ocho años estudiando la viabilidad y la puesta en marcha de proyectos en Haití. Recuerdo con emoción los primeros proyectos dirigidos a que los niños esclavos de la zona tuvieran la posibilidad de dejar su trabajo precario y aprender a leer y a escribir. Sigo dedicando gran parte de mi tiempo a Manos Unidas. Me siento orgullosa de lo que hacemos porque tiene un verdadero impacto en la vida de las personas más vulnerables y necesitadas”, concluye.

Para afrontar los desafíos sociales es necesario que el voluntariado pueda conectar a diferentes generaciones, promoviendo el aprendizaje, la empatía y el sentido compartido de responsabilidad hacia la sociedad. En este sentido, Cecilia Pilar pone de manifiesto la importancia de incorporar a los jóvenes como agentes de cambio de la sociedad y los anima a sumarse a las actividades solidarias de sus delegaciones más cercanas: “Ahora mismo contamos con más de 200 jóvenes. En el último año se han incorporado 113 nuevos jóvenes, pero cuantas más manos mejor, necesitamos su energía y su compromiso para construir un futuro más justo y sostenible para todos”.